Ganar el concurso para el polideportivo de Noja en Cantabria supuso un reto enorme. Enfrentarnos a un proyecto de esa envergadura al muy poco tiempo de acabar la carrera era muy excitante pero también una gran responsabilidad.
Tenemos que decir que fue un lujo que el alcalde y su equipo nos transmitieron su confianza en nosotros en todo momento. Carmelo Carral y Javier Ispizua formaron equipo conmigo para el desarrollo y ejecución del proyecto.

El resultado fue fantástico y me atrevo a decir que habríamos ganado el premio del Colegio de Cantabria aquel año si no fuera porque éramos tan novatos que ni nos enteramos de la convocatoria.
El prisma contundente y simple que sigue la ínea de la costa filtra la luz de del norte que procede del mar con vidrio trasnlúcido mientras que unas ventanas más lúdicas al sur permiten entradas de luz puntuales. El espacio amplio del pabellón contrasta con este prisma y se apoya en él salvando el desnivel. 
Un proyecto que es respetusoso con el sitio y que sigue envejeciendo con naturalidad, como si siempre hubiera estado allí.